Negro sobre blanco lo que tanto he repetido y la respuesta que siempre se ha dado: que soy un 'victimista':
Por alguna razón nunca expresada, el norte de Galicia recibe más ventajas que el sur, y esa secular condición de desequilibrio lleva décadas causando estragos a una mitad de nuestro territorio mientras se muestra mucho más favorable con la mitad restante.
Qué pecado cometió esta ciudad para ser y estar así, no lo sé, pero que es un hecho, no creo que nadie lo pueda discutir.
Por lo menos, el parque de Castrelos no va a morir sin luchar:
El BNG advierte sobre el parque infantil ideado por Caballero que proteger Castrelos «é prioritario»
Quería comentar algo sobre las rotondas. Las rotondas en el tráfico son una gran idea porque simplifican los cruces entre varias calles en un cruce siempre entre dos, donde la preferencia la tiene los que vienen por la izquierda. Pero para que una rotonda funcione tienen que cumplirse varias condiciones, la primera está relacionada con su principio de funcionamiento, es decir, tiene que haber la suficiente distancia entre dos calles adyacentes para que efectivamente quede un cruce entre dos. El problema es que desde que nuestros genios (políticos) descubrieron la idea se han dedicado a poner rotondas por todos los sitios, pero muchas veces dimensionadas incorrectamente, demasiado pequeñas, dando lugar a todo tipo de confusiones y accidentes. El último ejemplo lo tenemos con las llamadas rotondas experimentales de la Gran Vía. Repito, es una gran idea, pero son demasiado pequeñas, necesitan más tamaño para que funcionen. Como están, me sorprende que no haya más problemas de los que hay.
El segundo elemento necesario para su funcionamiento es saber utilizarlas. Demasiados conductores las atraviesan en línea recta desde su entrada a su salida cruzando todos los carriles. La consecuencia es que inutilizan esos carriles y ponen en peligro a los que hacen la rotonda como se debe, saliendo por el carril exterior. Cuando yo utilizo una rotonda, entro hacia los carriles interiores para dejar los exteriores libres para el caso de que quieran incorporarse otros coches desde otras calles, pero antes de salir, con tiempo, me voy pasando a los carriles exteriores para que en el momento de salir estar en ese carril exterior. Una de las ocurrencias habituales es que esos 'cortadores de la tangente' se me crucen por delante del coche con el consiguiente peligro para todos, pero lo más gracioso encima es que me echan la bronca por estar ahí (¿¡!?). Por cierto, todo eso es imposible hacerlo en una rotonda mal dimensionada como las experimentales de la Gran Vía. Un ejemplo de rotonda bien hecha es la del final de la Calle Coruña, al lado de Barreras.
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